12/11/2006

Como comenzo

Todo empezó cuando las cosas no eran como uno se imaginaba (bueno esto sucede a menudo), presentía que me estaba dejando llevar por una corriente, una corriente llamada mediocridad. Todo era igual, cada día, cada hora, cada segundo, sentía como mi alma iba apagándose en ese transcurrir de la rutina, el entusiasmo se esfumaba como ese vaho que existe en el vidrio cuando uno sopla en él, las cosas no podían seguir así, necesitaba despertar de ese aturdimiento, descubrir algo nuevo, emocionante, excitante, recibir un bofetón y despertar a la vida.

-Hijo despiertate que vas a llegar tarde a tu clase - me reprendía mi viejita.
-Ya madre, cinco minutos mas, que hay tolerancia de quince minutos.
-Pero siempre dices lo mismo, y total terminas yendo una hora mas tarde.
-No hay problema madre, total no pasa nada.
-Uhmm-fruncía el ceño mi madre.
Es que daba igual, la Universidad ya no me llamaba la atención, no encontraba que aprendía, solo que me informaba, repitiendo los mismos temas que a muchachos del ciclo pasado les habían instruido. Prefería dormir, y soñar, eso si que era lo único que en ese entonces (bueno y hasta ahora) valía la pena, salirme de esta realidad idiotizante y soñar que tengo super poderes, que lo puedo todo, que el tiempo ni el espacio existe, que puedo modificar, crear, arreglar lo que yo quiero, soñar que regreso en el tiempo y modifico esos momentos claves que han hecho hasta ahora lo que soy, hacer esas cosas que no me atreví, total, mi mejor realidad era aquella creada en mi mente. Era como una droga, y me pasaba horas de horas sentado, caminando y pensando, tan solo pensando.

-Diablos-masculle, la puerta estaba cerrada y adentro el profesor dictando las clases-ojala no tome lista, creo que esta no me salvo.
Es que era como la tercera vez que me botaban del curso, ya me había advertido el profesor que una falta más, una sola falta, y que me despidiera del curso.

Me senté cerca de la puerta, prendí un cigarro, esto activaba mis neuronas y lograba ponerme los pies en el piso, y me puse a reflexionar, que sería de mí si tomaba lista, que le diría a mis padres. Por años había sido un alumno modelo, hasta que me harte de serlo, y las cosas empezaron a cambiar de una manera que ni yo me daba cuenta, pronto estaba viviendo situaciones que antes solo existía en esa categoría del alumno flojo y vago. Fueron mis primeros desaprobados, las primeras llamadas de atención, las primeras copias, el afiliarse al mas chancón, las primeras sobonerías con el profesor, aprenderse en quien puedes confiar para recurrir al "último recurso". Y eso era lo que iba a hacer.

Se abre la puerta y una oleada de alumnos sale, algunos me miran con sorna y entre risas, mi corazón no deja de latir desencajándose de su habitual sitio, presentía que venía lo peor. Me acerco a una amiga, que por cierto era bien linda y como aprovechando para conversar, y hago la pregunta rápidamente, sin saludar, como quien quiere oír la mala noticia de una vez, siguiendo el refrán: "Trago amargo, cuanto mas rápido, mejor".

-¿Y tomó lista?
-Pues sí, y mando decir que te avisaran que estas oficialmente fuera del curso.
Me quedé mudo, cuando veo salir al profesor, quien me mira de cabo a rabo y baja la cabeza, haciendo un chasquido.
El habla no me salía, no pude ni siquiera apelar, me resigne a mi suerte.
Todos se van yendo y caigo arrodillado, golpeando el piso, maldiciendo, odiándome, arrepintiéndome, culpando al profesor, culpándome, culpando a todos, todos caminan observándome, como quien asiste a un circo y esta presenciando la función principal. Todos habían visto como este era mi coronación en mi camino hacia la nada. La mayoría había conocido mi faceta de alumno modelo, me miraban con caras demasiado tristes, caras de compasión, y eso me dolía mas.

Iba contra todo mis principios, contra todo lo que yo predicaba, contra mi conciencia, pero total ¿Qué quedaba?.
Era hora de aplicar el "último recurso".

No hay comentarios.: